Pero todos hemos sufrido sesiones aburridísimas de algún amigo que nos ha contado su viaje a cualquier parte en centenares de soporíferas fotos, así que hay que procurar no seguir ese ejemplo y que las sesiones en las que mostramos nuestras vacaciones no sean un peaje que obligamos a pagar a nuestras amistades sino una ocasión de disfrutar de buenas fotos ofrecidas en un formato interesante.
Así, exponer nuestras fotos puede y debe ser considerado un paso más del proceso creativo, si me permiten la cursilería, y por lo tanto hay que prestarle la atención que se merece. Por eso, hoy les ofrecemos una serie de pequeños trucos para que sus sesiones de fotos viajeras mejoren y sus amigos no huyan despavoridos cuando les menciona la posibilidad de un "pase" en su casa.
1. Seleccione a fondo
Este es el principal "mandamiento" en estos menesteres: debe hacer una selección muy estricta de todas sus imágenes, dejando sólo aquellas que realmente valga la pena mostrar y pensando en que no debe prolongar la exposición durante demasiado tiempo. El problema del exceso de fotografías es todavía más agudo con las imágenes digitales: como cada disparo no implica un coste como en el caso de los carretes tiramos más y más fotos, así que en su selección no debe eliminar sólo las imágenes defectuosas, sino que también las que sean muy parecidas, las que se repitan sobre el mismo motivo, aquellas que no sea fácil integrar en una narración coherente...
2. Cuente una historia, ordene
La mejor forma de aburrir a la gente es mostrar una larga serie de fotografías sin orden ni concierto alguno, así debe ordenarlas de forma que cuenten una historia que pueda seguirse. Lo más fácil y que siempre funciona es un orden cronológico, desde el inicio al fin de su viaje, pero también puede hacer "capítulos" según los distintos lugares visitados, las actividades que hayan desarrollado o incluso por días.
3. Adáptese a su público
Piense en los gustos e intereses de aquellos a los que ha de mostrar sus fotos y, en la medida de lo que sea posible, adapte su presentación a ellos: más arte si a sus amigos les interesa, animales para aquellos que les gusten, comida si son glotones...
4. Mezcle monumentos, personas, paisajes...
Sin caer en el desorden del que hablamos en el punto 2 lo mejor es que durante su presentación vayan alternandose distintos tipos de fotografías: paisajes, retratos, monumentos, de forma que resulte más variada y entretenida.
5. No se conceda demasiado protagonismo
Creo que lo más aburrido del mundo son esas presentaciones en las que lo único que se ve es "nosotros delante de esto, nosotros delante de aquello, nosotros con este, nosotros aquí, nosotros haciendo una cosa y la contraria...". Incluso si ha seguido nuestros consejos para hacerse fotos viajeras es mejor que recuerde que el protagonista de la presentación no es usted, sino el viaje.
6. Piense en su presentación a la hora de hacer las fotos
Si mientras está usted haciendo el viaje tiene en mente que luego quiere mostrar las fotografías eso hará que tenga otra actitud, más alerta y seguro que encontrará imágenes que pueden servirle para esto o aquello en sus presentaciones. Piense que todo es el mismo proceso que se inicia incluso antes del viaje y que acaba cuando muestra sus fotos. Por ejemplo, un cartel puede dar una información valiosa dentro de su presentación.
7. Elija un programa y conózcalo en profundidad
Hay multitud de programas que permiten hacer este tipo de presentaciones de una forma más o menos sencilla y rápida, algunos incluso son gratuitos como el Photo Story 3, pero más allá de recomendarles uno u otro mi consejo es que trabajen siempre con el mismo y lo conozcan en profundidad, lo que les permitirá trabajar de forma más eficaz y les ayudará a desarrollar un cierto "estilo personal".
8. No maree, no se complique
Todos esos programas le ofrecen una gran variedad de transiciones entre imágenes que pueden dotar de expresividad e interés a su exposición, pero si las usa con demasiada "alegría" pueden convertir su presentación en algo bastante mareante y en la que las verdaderas protagonistas, las fotos, acaben pasando desapercibidas.
9. Cuidado con la "selección musical"
Puede parecer una tontería pero elegir un fondo musical adecuado es más difícil de lo que parece, procure que se adapte al ritmo que quiere imprimir a su exposición y tampoco es mala idea que tenga alguna relación con las imágenes que está mostrando (poner música propia de los distintos lugares que aparecen en las fotos siempre le dará "sabor" a la exposición), y recuerde que su canción favorita puede ser estupenda, pero no siempre será la más adecuada para servir de fondo a sus fotos.
10. ¡Haga un libro!
Otra forma algo más tradicional de mostrar nuestras fotografías es ponerlas en un álbum, algo que ahora es mucho más fácil y divertido hacer gracias a las aplicaciones que nos permiten crear nuestros propios libros a través de la red y recibirlos cómodamente en casa. Esta opción puede ser menos espectacular que una exposición con música y cuidadas transiciones, pero no necesitará de una pantalla para mostrarlo y, además, tendrá un recuerdo más especial de sus vacaciones.
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