domingo, 1 de noviembre de 2009

Ilha do Mel (Capítulo 6)

Ilha das Peças - Avistaje de delfines

Para ver delfines, se toma una excursión en barco a la Bahía do golfinhos (delfines en portugués). Cuesta R$25 y hay que sacarlos un día antes porque se agotan. La salida es a las 10 AM. El viaje se realiza en un barco preparado para tal fin, mucho más grande de todos los que llegan y pasan por la isla. Dentro del barco nos llamó la atención que vendían bebidas más barato que en la isla (R$2).

La embarcación recorre toda la isla, hacienod paradas en la Fortaleza, en Ilha das Peças y en Mar de Dentro para que los osados naden emn medio del mar que separa Ilha do Mel del continente, con 7 metros de profundidad.

Luego de visitar la Fortaleza Nossa Senhora dos Prazeres , la excursión se dirige hacia Ilha das Peças, vecina a la Isla de Miel. En el trayecto se observan grupos de delfines, nosotros vimos unos 15 y la guía dijo que era anormal ver "tan pocos". El barco disminuye la velocidad cada vez que los grupos de "golfinhos" decide mostrarse.


Luego, la embarcación tira anclas en la isla y el grupo de turistas (60 % brasileños, 30 % argentinos, 10 % angloparlantes), cámara en mano, atravieza la comunidad del puerto, muy acostumbrada a recibir entre sus pasillos a estos curiosos contingentes. Luego, en un comedor comunitario, por R$15 (más cada bebida R$2) dan un almuerzo libre.


A continuación, se brinda un tiempo para disfrutar de la playa de Ilha das Peças, similar a las de las Praias da Fortaleza, o do Farol, de arenas blanquísimas, pero angosta y cn muchas ramas que trae el mar.


Ilha das Cobras

Este subtítulo y todo su contenido se basan única y exclusivamente en el relato de la guía de la excursión. Aclaración hecha, y recurriendo al dicho "quien avisa no es traidor", dicha mujer nos explicó que en esa isla (vecina a Ilha do Mel, se interpone entre ésta y el continente al noroeste (si mi ubicación no falla) se dejaba en cuarentena a los esclavos traídos desde África, debido a la gran epidemia de Lepra, la que contrían muchas veces durante el viaje trasatlántico. En esta isla isla, en realidad se dejaba morir a los infectados y, -siempre según la Guía - las serpientes se alimentaban de ellos, de allí su nombre.

También comentó la Guía, que en la actualidad, sólo el Gobernandor del Estado tiene permitido estar en la isla "y el resto de los mortales ni nos podemos acercar" (Guía dixit).


Las fotos de este posteo fueron tomadas por Jesica Rozen y por mí en enero de 2009.



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