EL BULLI HACIENDA BENAZUZA Y MARQUÉS DE RISCAL LA HORA DE LOS “GOURMET TEMPLES”

Slow Travelling by IMS te presenta dos hoteles donde deleitar el paladar del huésped es tan importante como el diseño de las habitaciones o el confort de las camas. Dos gourmet temples donde predican chefs “con estrellas” y donde cada plato es una pequeña obra de arte. Dos ejemplos únicos de cómo el matrimonio entre alojamiento de lujo y cocina de calidad puede dar como fruto una experiencia extraordinaria.

HACIENDA BENAZUZA EL BULLI: El alumno aventajado
Tras permanecer cerrada durante la temporada de invierno, Hacienda Benazuza El Bulli reabre sus puertas el próximo 18 de marzo para brindar al viajero una nueva estancia llena de encanto. Situada en Sanlúcar La Mayor, a tan sólo unos kilómetros del centro de Sevilla, la Hacienda es una hermosa alquería árabe convertida en hotel de gran lujo. El edificio alberga 44 habitaciones decoradas con antigüedades y valiosas obras de arte, donde los huéspedes respirarán cada día los intensos aromas del jazmín y el azahar.

Hacienda Benazuza también es un santuario para los amantes de la buena mesa, gracias una magnífica propuesta gastronómica liderada por el equipo del restaurante El Bulli, con el chef Ferran Adrià a la cabeza. La Alquería de Hacienda Benazuza es el hermano andaluz del aclamado restaurante de Roses, un alumno aventajado que cuenta ya con dos estrellas Michelin, las únicas dos otorgadas a un restaurante de Andalucía. Bajo la supervisión directa del chef ejecutivo Rafael Zafra, La Alquería presenta una selecta carta con las mejores y más recientes creaciones de El Bulli, como la Parrillada de verduras al aceite de carbón o los Tagliatelle de consomé alla carbonara. El hotel acoge otros dos restaurantes: La Abacería, un auténtico bar de tapas al más puro estilo sevillano, y La Alberca, ideal para tomar un ligero y saludable almuerzo junto a la piscina.

EL CAPRICHO: Hacienza Benazuza ofrece a sus huéspedes más sibaritas “El desayuno Benazuza”, una creación especial de Ferran Adrià que incluye bollería recién hecha, mermeladas de receta propia, todo tipo de frutas y cremosos, platos salados y unos fantásticos “huevos camperos” acompañados de patatas, espárragos grillé o deliciosa sobrada de cerdo negro.

HOTEL MARQUÉS DE RISCAL – Un chateau del siglo XXI
El hotel Marqués de Riscal se sitúa en el corazón de la Rioja Alavesa, entre los viñedos centenarios de las bodegas Herederos del Marqués de Riscal. El edificio, obra del prestigioso
arquitecto Frank O. Gehry, es una impresionante construcción de acero y titanio que conjuga la
tradición vitivinícola más arraigada con el vanguardismo, el lujo y la tecnología moderna del siglo
XXI. El hotel ofrece 43 habitaciones de lujo, con un original mobiliario diseñado expresamente
por Gehry.
En Marqués de Riscal el vino es un manjar, pero no es el único. El hotel cuenta con dos selectos
restaurantes supervisados por el chef riojano Francis Paniego, poseedor de una estrella Michelin.
El primero de ellos es el restaurante Marqués de Riscal, cuya carta da una vuelta de tuerca a la
cocina de tradición familiar para crear nuevos sabores, aromas y texturas, con resultados
sorprendentes como la Cuajada de foie gras con caviar de vino tinto y pimiento rojo o el Tartar de tomate con cigala y ajo blanco. Por su parte, el Bistró 1860 reivindica platos típicos de la tierra
como los potajes de legumbres o las menestras de verduras, ideales para sobrellevar el frío clima
riojano.

EL CAPRICHO: Acompañar nuestra cena con un Gehry Selección 2001, la edición limitada de
Marqués de Riscal que rinde homenaje al arquitecto del hotel. Otro pequeño placer es probar
alguna de las añadas históricas de la bodega, que se abren con la técnica del degüelle dada la
antigüedad de los corchos.

SOBRE SLOW TRAVELLING
Viajar “slow” es disfrutar de nuestra travesía de una forma libre y relajada, sin mirar constantemente el reloj ni planificar al milímetro las cosas que tenemos que hacer en cada momento; es evitar las maratones para verlo “todo” en unas horas; es alejarnos de los circuitos turísticos convencionales para zambullirnos en el día a día del lugar; es pasear tranquilamente por las calles, entrar en las tiendas, curiosear, probar los platos típicos de la tierra y conversar con la comunidad local. Es, en definitiva, descubrir toda riqueza que nos brinda la diversidad del destino.

SLOW TRAVELLING presenta una colección de hoteles minuciosamente seleccionados para satisfacer al viajero experimentado y sibarita, aquel que sin renunciar al máximo confort está abierto a la improvisación y anhela vivir experiencias distintas a las convencionales. Los establecimientos de esta colección destacan por su cuidada estética, sus avanzadas instalaciones y la profesionalidad de su servicio, pero comparten otra característica que los hace todavía más especiales: la voluntad de aproximar a sus huéspedes a la cultura autóctona, ya sea a través de su arquitectura, de la cocina de sus restaurantes o de la hospitalidad de un personal mayoritariamente nativo.

En un momento en el que se ha impuesto la cultura del viaje programado, SLOW TRAVELLING quiere ser una fuente de inspiración para todos aquellos que apuestan por una vivencia auténtica y enriquecedora, ya sea en una moderna capital europea, en un destino exótico como Tailandia o en un pueblo remoto del desierto de Atacama.