Pasear a través de estos restos prehispánicos, con el viento azotando con fuerza y las iguanas merodeando, calmas, por todas partes, se convierte en una experiencia única que te transporta a otros tiempos, cuando los vigías alertaban de naves desconocidas acercándose a la costa.
La ciudad maya se encuentra construida sobre un acantilado y sus restos se extienden seis kilómetros a lo largo de la costa. El centro de la zona está protegido por la muralla y lo forman edificios público-administrativos, cívicos y religiosos. Recibió el nombre de "Tulum" a principios del siglo XX por los muros defensivos que lo rodean en tres de sus lados, ya que Tulum significa en maya 'cerco, seto o muralla'. Su nombre original fue "Zama", que quiere decir 'amanecer', nombre que evoca la orientación hacia el este de la ciudad, desde la que se puede disfrutar de bellos despertares sobre el Mar Caribe. La pequeña cala que se extiende a los pies del acantilado ofrece la posibilidad de darse un baño en un entorno extraordinario.
Aunque se han encontrado inscripciones que datan de 564, la mayor parte de los edificios que se aprecian hoy en día fueron construidos en el período postclásico de la civilización maya, entre los años 1200 y 1450. Durante su apogeo, Tulum, funcionó como un importante punto costero que vinculaba el comercio marítimo con el terrestre, actividad que llegó a desempeñar un papel preponderante en su economía. Hubo una fuerte actividad comercial tanto a nivel regional como con lugares distantes. La ciudad todavía era habitada en los primeros años de la colonia española pero a finales del siglo XVI ya no quedaban residentes.
Tulum se puede visitar de lunes a sábado por unos 4 euros, de 8:00 a 17:00 horas. Los domingos la entrada gratuita.
Más información: Wikipedia, Gobierno mexicano, El misterio de Tulum
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