Si tiene usted la suerte de hospedarse en uno de los excelentes hoteles situados en esta lengua de tierra, bien el Parador Nacional bien el Sidi Saler, sólo tendrá que trasladarse un par de minutos en coche para llegar al Centro de Interpretación del Parque, el primer paso más adecuado para una visita turística. Allí le explicarán detalladamente los diferentes ecosistemas que componen el parque e incluso hay espacios habilitados para observar las abundantes colonias de aves que viven o pasan parte del año en las aguas del Albufera.
Sin embargo, la mejor forma de hacerse una idea de lo que es esta hermosa laguna es dar un paseo en barca por ella. Hay varios lugares desde los que se pueden dar estos paseos en las típicas barcas de pescadores de fondo bajo (el lago es poco profundo) en las que, eso si, el motor de gasolina da un inoportuno toque de modernidad que, sin embargo, seguro que su barquero agradece. Desde la barca podrá disfrutar plenamente de la belleza de este parque natural, con sus islas cubiertas de cañas, sus recovecos en los que el paso se estrecha y parece que vamos a quedarnos sin salida, las redes de pesca que dividen en cercos el agua o el amplio espacio central, impresionante cuando uno se encuentra en él y puede darse cuenta del verdadero tamaño de la laguna.
Además de su belleza paisajística, La Albufera nos ofrece el atractivo de su abundante fauna, compuesta sobre todo por distintas especies de aves como grullas, patos, algún martín pescador, garzas... que harán las delicias de los amantes de la naturaleza.
Pero para ver el espectáculo más hermoso que guarda el lago hay que esperar a la tarde. Desde uno de los numerosos miradores situados junto a la carretera de El Saler disfrutamos de una de las mejores puestas de sol que, seguro, podemos ver en España, aunque vivir es probablemente un término más ajustado a la verdad. No se lo pierdan.
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