UCLÉS

UCLÉS

Mil perdones por la escasa calidad de las fotografías, pero al ser con una cámara antigua y hace algunos años, no son tan buenas como las que hace mi cámara actual, pero creo que vale la pena ponerlas por lo interesantes que son... Sorprendente si nos desviamos de la A-3 de Madrid a Levante, vemos algunos carteles que nos informan sobre un Monasterio (el de Uclés), parece que no sería nada de interés, pero la sorpresa está a punto de llegar....

En plena llanura de La Mancha, allí al final de un camino, aparece el pueblo de Uclés pero ya desde lo lejos se divisa allí altivo la presencia de "algo", un Castillo o Un Monasterio. Visto lo poco que hay alrededor ya es algo impresionante.

Al entrar en el todo está perfectamente cuidado y mimados todos los detalles. De varios estilos, si miramos hacia arriba vemos nervaturas góticas en el techo, pero el edificio no es gótico.

A medida que recorremos el Edificio ya nos vamos enterando de algo.... Vemos la Cruz de la Orden de Santiago, pero es que aquí la historia es más rocambolesca todavía.

Uclés había sido un importante asentamiento árabe. El Monasterio fué parte del antiguo Castillo árabe y parte de las Murallas igualmente árabes e inexpugnables construidas a finales del siglo IX. En el año 1.085 y debido a la Conquista de Toledo por parte del Rey Alfonso VI, pasó por primera vez a manos cristianas, y así en una especie de "yo te paso la pelota" pasaba a manos ahora árabes y ahora cristianas... Bastante más tarde Alfonso VIII lo pasó a la Orden de San Juan, aunque finalmente pasó a manos de la Orden de Santiago. En 1.528 se destruyó parcialmente para construir el Monasterio que vemos hoy. De la antigua estructura de la fortaleza árabe quedan tres torres con un muro que las une y la muralla en forma de zig zag.

Esta antigua fortaleza ocupaba antiguamente una superficie de un kilómetro cuadrado.

De este monasterio hay que añadir que su construcción fué iniciada en 1.529 durante el reinado de Carlos I y finaliza en 1.735 durante el reinado de Felipe V. Para su construcción se utilizó piedra de Cabeza del Griego (traída de la cercana Segóbriga) especialmente en la fachada oriental.

Por si toda esta historia fuera insuficiente para este Monasterio, en el año 1.873 con la proclamación de la Primera República, fueron suprimidas las órdenes militares y el Papa agregó los territorios del Priorato de Uclés a las diócesis vecinas por medio de la bula papal "Quo Gravius".

Durante el siglo XX, fué destinado primero a Colegio de segunda enseñanza, también a noviciado y a colegio de Agustinos. Durante la guerra civil fué saqueado y destrozado interiormente y en la misma guerra sirvió como hospital provisional. Terminada la guerra fué convertida en carcel de presos políticos y en 1.949 trás su restauración fué un seminario perteneciente al Obispado de Cuenca.

El pequeño pueblo de Uclés es visible desde las ventanas del Monasterio (arriba) y abajo una de las puertas principales de acceso al Edificio.