He disfrutado mucho de mi viaje a París, he llegado muy cansada pero con ganas de ir contándoos poco a poco todo lo que viví. París en Navidad es especial, ¡vaya derroche de iluminación, pero qué espectaculares se vuelven algunos lugares con ella! Aunque sea para compensar la falta de sol, que sólo pude contemplar unas pocas horas en 5 días, tanta lucecita se agradecía.
Y cómo, no, tantísima gente. Sólo cuando la tarde ya estaba bien avanzada y el frío hacía difícil pararse en cualquier lugar al aire libre encontramos algunos lugares más o menos solitarios. Aquí os dejo algunas de mis fotografías navideñas de la ciudad, más que nunca, de la luz.
Notre Dame tras el árbol que compite con ella. La perspectiva de la foto engaña: pocos monumentos en París pueden superar en grandiosidad a Notre Dame.
Mercado de flores y pájaros, en Ille de la Cité; aunque pocas flores, ningún pájaro e invasión de adornos navideños...
Los Campos Elíseos con el Arco del Triunfo al fondo
Entre la Madeline y la Plaza de la Concordia, los comercios más caros de París también se visten de gala... No entré a ninguno, pero sí curioseé algunos precios de escaparates. Y aunque la mayoría de artículos no tenían su etiqueta, imagino que para no asustar, pues yo que debo ser de susto fácil contemplé, platónica y atónita, las botellas de vino y los perfumes que rondaban los 400 euros... 
Grandes Boulevares comerciales, junto a la Ópera Garnier. Para compras más asequibles.
Interior de las Galerías Lafayette, un edificio espectacular que contiene algún truquito para disfrutar más de París... y gratis. Os iré contando.
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