Este hotel se encuentra en la City porteña, el centro financiero de la Ciudad de Buenos Aires, muy próximo a Puerto Madero, la Costanera Sur y la Reserva Ecológica.
Pertenece a la cadena NH y está categorizado como hotel de 4 estrellas. Muy accesible por su ubicación: desde 40 dólares por dia sin IVA. Ideal para pasar una noche. Tiene servicio de masajes, desayunador, aparcacoches en un lugar de dificil solución para el estacionamiento.
Puede acceder a mayor información y reserva online > nh-hoteles.es
A través de la edición semanal en papel del Siete Leguas de El Mundo descubro una llamativa web que se dedica a recopilar los hoteles inusuales de el mundo. ¿Que qué es un hotel inusual? Bueno, creo que el concepto es más fácil de entender que de explicar, pero para ir aclarando qué establecimientos podrían ostentar esa cualificación lo mejor es que les cuente alguno de los apartados en los que se divide la página: galería de arte / museo; castillo / palacio; decorador / diseñador/ loco; desierto / oasis; eco resorts; fantasía / temáticos; barcos / flotantes; subacuáticos; subterráneos; faros... ¡e incluso prisiones!
En definitiva, se trata de hoteles en los que el propio establecimiento es una parte sustancial del atractivo del viaje, algo por lo que cada vez más empresas están apostando y que se está convirtiendo en un motivo más para viajar (como si nos hiciesen falta más motivos).
La página de Unusual Hotels of the World nos permite buscar de forma sencilla tanto por tipos de hotel como por su localización en todo el mundo.
Una de las habitaciones diseñada por Arata Isozaki para el Puerta de América
En España, por cierto, son cuatro los hoteles que merecen estar dentro de la web: el Puerta de América en Madrid, por su cuidado diseño (cada una de sus doce plantas fue encargada a un arquitecto o diseñador de prestigio internacional).
El segundo son las Cuevas Pedro Antonio De Alarcón, en la granadina localidad de Guadix, un buen ejemplo de hotel subterráneo; el tercero Gran Hotel La Florida en Barcelona, tan espectacular en sí mismo como por sus vistas de la Ciudad Condal; y el cuarto es el impresionante hotel que ha construido Frank O'Gehry junto a las bodegas Marqués de Riscal, en Elciego, Álava.
Detalle del edificio del Hotel Marqués de Riscal
En resumen, una forma diferente de viajar... o de ponernos los dientes largos.
Esta semana se ha cerrado definitivamente el viejo Yankee Stadium de Nueva York, uno de los lugares con más tradición de la ciudad y, probablemente, uno de los que más está en la memoria sentimental, si me permiten la cursilada, de miles de neoyorquinos.
Era, además, una de las visitas turísticas típicas de la Gran Manzana: muchos de los que visitaban la ciudad pasaban por el viejo campo del Bronx para ver al menos un partido del equipo de béisbol más famoso del mundo, los New York Yankees. Así que el cambio de sede del equipo y la demolición del viejo campo es algo así como si en Madrid se demoliese el Bernabeu o la Plaza de las Ventas (casi más el primero que la segunda).
Por supuesto, yo también visité el viejo Yankee Stadium cuando estuve en Nueva York: en una "excursión" organizada por la academia en la que estudiaba fuimos a ver un partido de la temporada regular, contra no recuerdo qué equipo. El encuentro en sí me pareció una de las cosas más aburridas que he visto en mi vida, la verdad es que el béisbol no es lo mío, pero sí que me resultó muy interesante todo lo que había a su alrededor, es decir, observar lo que se entiende por un espectáculo deportivo en Estados Unidos y lo diferente que resulta a cómo lo entendemos en Europa o, al menos, en España.
La cosa empezaba ya antes de entrar al recinto y el ritual pasaba por tomarse una cerveza y comer algo de deliciosa comida basura en uno de los muchos y abarrotados chiringuitos (llamarlos restaurantes sería un exceso de generosidad) decorados con una abundante y variada parafernalia de béisbol y en los que los aficionados comentaban como iba la temporada y lo que esperaban para el choque que empezaba en un ratito.
Tras esto se cruzaba la calle y se entraba al estadio, para lo que había que sortear no pocos vendedores que ofrecían poco menos que de todo: comida, gorras, globos, banderas... entre ellos me encontré a un hombre de aspecto bastante peculiar que vendía pins de la bandera americana, según él, para los veteranos. Desde luego él tenía toda la pinta que tienen los veteranos en las películas, así que pensé que en el peor de los casos (si se quedaba él la pasta) no me mentía del todo y me gasté un dólar en un pin que todavía conservo.
Un vez dentro del campo lo primero que me llamó la atención fue el tema del himno: antes de empezar el partido se canta el himno nacional con todo (y cuando digo todo es TODO) el público puesto en pie y los jugadores poco menos que firmes en sus lugares en el campo. Y es que los estadounidenses tienen una relación muy diferente con sus símbolos nacionales: la bandera, el himno, el ejército...
Pero lo más sorprendente para mi fue comprobar como al estadio se iba (y supongo que al nuevo se irá), sobre todo, a comer: bolsas enormes de palomitas, bandejas descomunales de perritos, patatas fritas y cualquier cosa que puedan ustedes imaginarse que sea susceptible de ser consumida en ese entorno. Y no crean que la gente se compraba una cosa o varias de una tacada y punto: los viajes a los puestos bajo la grada o las llamadas a los vendedores eran continuos, una vez que empezaban no dejaban de comer hasta la última carrera.
Otra cosa que me resultó curiosa fue el juego entre los espectadores y el marcador: como el béisbol es un deporte con más tiempos muertos que momentos de juego la gente se tenía que entretener con algo, así que bailaba, cantaba y hacía el mono para aparecer en la enorme pantalla, en algo que era así como un concurso de popularidad.
El partido se hizo muy largo, tremendamente largo, pero por lo menos acabó bien: los Yankees ganaron por dos carreras a una y volví para casa un poco harto de béisbol y pensando que esa sería la última vez que visitaría ese estadio.
Es un hotel muy pequeño, apenas cuenta con tres habitaciones y está ubicado frente al Mercat Central de Valencia, España. Las cualidades están en las imágenes que parecen extraidas de un libro de cuentos.
Una vinería y tres habitaciones de hotel, todo parece un lugar encontado o cinematográfico. Lugar de encuentro para saborear vinos, revisar libros exclusivos de Edit. Franco María Ricci y quedarse en alguna de las rooms. Sitio web www.lacasaazulvinosandrooms.com
Se considera muy caro, exótico y lujoso, es el Hotel Atlantis de las Bahamas en el Caribe. Experiencia contemporánea y elegante, las habitaciones tienen vistas únicas, mucho confort y hay indulgencia en el servicio a los pasajeros. Visite el sitio oficial www.atlantis.com
El lugar facilita una experiencia de ensueño, es como un espacio en el Paraiso Terrenal, también una reedición de la Atlántida y su mito. Atlantis es como la Isla de la Fantasía.
Un hotel en una antígua propiedad en el casco histórico de Cartagena, Colombia. El lugar resulta exótico.
Es un edificio Colonial del Siglo XIX modificado a Republicano en el XX que llevó dos años de restauración cuidadosa pero en su interior guarda objetos de distintas culturas. Es un concepto muy trabajado hasta el detalle.
Las ambientaciones crean un clima de inmersión en una experiencia singularmente cautivante. Cartagena brilla por su casco histórico y la estadía en este hotel suma vivencias a su paso por la ciudad colombiana.
Visite el sitio web oficial del hotel www.lapassionhotel.com
Nadie (excepto los estudiantes de arquitectura, supongo) piensa que viaja para ver edificios, pero las construcciones de diferentes tipos suponen una parte importante del atractivo turístico de muchos de nuestros viajes y son también buena parte de nuestros recuerdos. Y no me refiero a los edificios como contenedores (los museos, por ejemplo) sino por sí mismos, ya estemos hablando de templos del pasado o de rascacielos del futuro, desde las Pirámides hasta la Torres Petronas pasando por iglesias, mezquitas, castillos y también, por qué no, museos.
Me pongo a pensar en edificios y uno de los primeros que viene a mi memoria es la impresionante Mezquita Azul de Estambul, cuya belleza y armonía exteriores no preludian la deslumbrante magnificencia de su interior, la amplitud de la enorme sala, la luminosidad, la delicadeza de la decoración. Aun recuerdo el shock que sufrí cuando traspasé el umbral y levanté la mirada.
Una de las razones por las que puede impresionarte un edificio es su tamaño: eso es probablemente en lo primero que piensa uno cuando entra en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la mayor iglesia del mundo y, probablemente, también uno de los mayores templos de cualquier religión. San Pedro no es especialmente bella, hay otras iglesias en Roma que me gustaron más como Il Gesu o San Juan de Letrán, por citar dos; sin embargo lo excepcional de las proporciones de la basílica vaticana hace que irremediablemente nos quedemos sin aliento, más aún si subimos a la tremenda cúpula y disfrutamos desde allí de una de las mejores panorámicas de la Ciudad Eterna.
También el tamaño es una de las claves de la admiración que sentimos por las Pirámides de Giza, pero a ella se une, al menos en mi caso, la especial percepción del tiempo que se tiene ante un monumento que tiene 4.000 años, que era antiguo cuando fue contemplado por César, Marco Antonio y Cleopatra, que era antiquísimo cuando Napoleón pasó por allí con su ejército... Recuerdo que el día que las visité aparcamos el pequeño autobús al pie de la Keops y al bajar la enorme mole de piedra (hay que tener en cuenta que no sólo es alta, sino también grande, una auténtica colina) me dejó poco menos que clavado en el sitio, eran muchas toneladas de piedra y muchos siglos, que también pesan lo suyo.
En otras ocasiones no sólo nos impresiona el edificio en sí, sino también lo que podemos ver desde él. El caso más llamativo al respecto que yo he vivido es, como no, el Empire State Building en Nueva York, que yo esperaba llamativo más que nada por su altura pero que me pareció una preciosa torre con un toque art - decó y neoyorquino maravilloso, pero que además ofrece una vista impresionante de Manhattan, uno de los lugares más especiales del mundo.
En España hay muchos edificios que impresionan y enamoran, como ejemplo de ellos podemos hablar de la Catedral de Santiago de Compostela, que además está en una de las plazas más bellas del mundo. Recuerdo una anécdota curiosa relacionada con esta increíble iglesia: en una cumbre internacional que se celebraba en la ciudad gallega (no recuerdo ahora a santo de qué) estaban invitados mandatarios y dirigentes de todo el mundo. Uno de ellos era Mijaíl Gorbachov, un señor que algo había viajado y que vivía en una chozita como el Kremlin. Pues bien, al salir del enorme coche oficial recuerdo el gesto de sorpresa del líder soviético, que contempló la fachada del Obradoiro con un gesto similar al que habría hecho, creo yo, de ver un OVNI en mitad de la plaza con hombrecillos verdes y todo.
Pero no sólo los edificios grandes o altos nos impresionan y nos enamoran, también caemos fascinados ante la encantadora pobreza del prerrománico asturiano, frente a la delicadeza sublime de los palacios y los jardines de la Alhambra, con el maravilloso modernismo de la Casa Batlló de Gaudí o con la belleza barroca de San Carlos de las Cuatro Fuentes, la pequeña iglesia de Roma de la que se decía que cabría en uno de los pilares de San Pedro.
Alex ¡¡ Ese es su nombre , vive en Cuba y su profesión fotógrafo. Me envía su pagina para que todos la podamos conocer.
He estado echándole un vistazo y la verdad que es muy completa. A todos los que quieran viajar por libre pueden encontrar en ella todo lo que necesite.
Las casas particulares o familiares son de los alojamientos mas solicitados en Cuba. Como comenzó esto a resurgir ?? Un visitante del blog, el es Cubano, me envía esta pequeña historia del como y el porque del nacimiento de esta actividad.
Este tema es para todos aquellos que quieran buscar información y hacer sus comentarios con respecto a las tan solicitadas y famosas casas particulares de alquiler en Cuba.
Hagamos un poco de historia:
Antes del comienzo del período especial en 1990, con el derribo de la Unión Soviética y los países integrantes del Campo Socialista, por ejemplo: Checoslovaquia, Rumania, Polonia, etc., ya existían algunas casas clandestinas que rentaban sus habitaciones a turistas que supuestamente eran amistades de la familia. El gobierno cubano siempre persiguió este tipo de actividad y aquellas personas que mantenían amistad con personas de otros países eran mal vistas y consideradas como contrarrevolucionarios. El CDR (Comité de Defensa de la Revolución) mantenía una profunda vigilancia a estas personas.
En aquellos tiempos era delito que los ciudadanos cubanos poseyeran dólares americanos, y eran condenados a prisión por tener dicha moneda, por lo que aquellas personas que mantuvieran amistad con extranjeros eran mantenidos bajo la mira, conocí personas que fueron detenidas y puestas en prisión por tal delito.
Al auge del alquiler de casas particulares en Cuba surgió al comienzo del período especial. La necesidad de poder subsistir tal crisis conllevó al aumento de este tipo de actividad de forma descontrolada. La prostitución llegó a sus más altos niveles dentro del período revolucionario y las casas de alquiler eran principalmente destinadas al turismo sexual. En aquellos tiempos el turismo en Cuba se disparó, los hoteles estaban llenos de turistas principalmente de hombres, los clientes que más visitaban la isla eran de España, México, Italia, entre otros.
Aún sin ser autorizado por el gobierno, muchas casas rentaban una habitación como lugar de descanso de las prostitutas. Existían habitaciones donde dormían hasta veinte mujeres sobre colchonetas en el piso, algunas pagaban a los propietarios y otras les proponían al dueño tener sexo con varias al mismo tiempo como pago del inmueble. Existieron muchos problemas, enfermedades, maltratos, robos, estafas y el estrés de aquellas familias al temor por sus hijas de que se convirtieran en prostitutas, etc.
El gobierno no podía controlar tal desbordamiento de ilegalidades, la crisis que afrontaba el país conllevó a despenalizar el dólar, se abrieron tiendas en una nueva moneda llamada chavito, con la cual solo podían comprar los extranjeros, lo que trajo consigo otros delitos. Después habilitaron más tiendas donde el pueblo podía comprar sus artículos de primera necesidad ya que con el dólar como tal. Fue una medida inteligente entre otras tantas, pues el país necesitaba adquirir divisa para poder enfrentar la crisis y tratar de salir de la misma con el tiempo. Pero estas aperturas aumentaron la necesidad en la población de conseguir dinero a toda costa para poder satisfacer sus necesidades. La corrupción, la prostitución y los actos delictivos nublaron toda la ciudad.
El gobierno no podía luchar contra tanto; y como dice el refrán: "Si no puedes con el enemigo, Únete".
Una de las medidas fue recoger a todas las prostitutas, les abrieron actas de advertencias y prohibieron que merodearan centros turísticos o por el malecón habanero, se legalizó la renta o alquiler de casas particulares pagando un impuesto por la renta de las mismas.
Esto trajo como consecuencia que muchas personas rentaban su casa completa y otros hasta construyeron dos o tres pisos encima de la misma, recuerdo una casa que le decían el hotelito, la cual fue decomisada. En esa época los propietarios de las casas de alquiler se enriquecieron, detalle que nunca le gustó al gobierno, y con el tiempo fueron tomando medidas para controlar e incluso provocar la cancelación o entrega de la licencia de muchas personas que se dedicaban al negocio.
En la actualidad:
Hoy en día la ley de arrendamiento de la vivienda a turista es muy estricta.
Los propietarios deben de pagar un impuesto fijo mensual muy elevado, aunque no logren rentar todo el mes, más el impuesto anual por sus ingresos. A ellos se les dificulta lograr pagar los impuestos en temporada baja de turismo y tienen que acudir a sus ahorros.
Estos impuestos que resultan abusivos ha traído como consecuencia que muchos de los propietarios no declaren las habitaciones que rentan, para pagar menos y lograr poder tener un respiro, arriesgÁndose a que le puedan cancelar la licencia más la elevada multa que le imponen en divisa, significando la ruina de la familia. Esto ha provocado ventas de casas ilegales, sobornos a los inspectores relacionados con el tema e incluso salidas del país de familias enteras pagando altas sumas de dinero.
La ley de arrendamiento de la vivienda prohíbe:
-Rentar más de dos habitaciones.
-La presencia de más de dos personas por habitación a excepción de los menores de edad.
-El abandono de la casa del propietario, tiene que permanecer en la misma mientras están arrendadas.
A pesar de estas medidas, las casas particulares de alquileres en Cuba han resultado de gran atracción a los turistas de todo el mundo y son muy solicitadas.
Les da la posibilidad de convivir con el pueblo cubano, conocer su cultura, sus costumbres, su religión, conocer la realidad en que están sumergidos los cubanos, poder comparar su sistema social con el nuestro, etc.
También hay que tomar en cuenta que las mismas suelen ser más económicas que los hoteles y sus precios son más flexibles, una habitación suele costar entre los 20.00 CUC hasta 35.00 CUC, algunas pueden costar 40.00 CUC y hasta 50.00 CUC pero son las menos y en dependencia del la zona donde están ubicadas, pues hay zonas en donde los impuestos son más bajos que en otras.
También en estas casas existe mayor independencia y mayor privacidad que en los hoteles. Los turistas que vienen solos pueden tener sus romances nocturnos con cubanas ya que esto no es posible en los hoteles a pesar de que ya los cubanos pueden hospedarse en algunos hoteles del país.
No obstante en las casas particulares se toman ciertas medidas de seguridad.
Como por ejemplo:
Se prohíbe la entrada de menores de edad.
Se prohíbe que el acompañante no posea identificación por lo que se registran los datos del mismo en un libro de registro.
Estas medidas son muy importantes por la seguridad de los clientes y de los propietarios de la casa para evitar algún robo o acto delictivo.
Bueno amigos, este tema de casas particulares en Cuba es un pequeño preámbulo, me gustaría que narraran sus experiencias y criterios, para hacer de este tema algo útil a todos los visitantes a la isla de Cuba. "
Hostería de primer nivel en Puerto Manzano, Villa La Angostura en la Patagonia argentina. Ubicada sobre la costa del Lago Nahuel Huapi, el lugar está protegido del viento, tiene playa de arena volcánica fina, hay Arrayanes y Coihes.
La arquitectura del establecimiento es un regalo a los ojos, sus comodidades hacen de la estadía una experiencia inolvidable. Un lugar mágico. En el sitio web encontrará mucha información con excelente infografía.
Esto no es una noticia esencialmente turística, pero me ha parecido muy divertido descubrir como la pasión turca que relataban el cursi de Antonio Gala y la posterior película perpetrada por Ana Belén (gracias sean dadas a Alá porque ambos hayan pasado ya de moda) tenía poco menos que su epicentro en un pequeño hotel de la costa turca cuyo responsable ha tenido que despedir a todo su personal masculino porque estaban continuamente liándose con las huéspedes extranjeras, especialmente con las inglesas.
Se ve que la cosa venía de lejos, tal y como cuenta el director: "En los últimos años he visto un montón de veces a nuestros empleados pasando el tiempo con las huéspedes en lugar de haciendo su trabajo, incluso en horas como la medianoche o a primera de la mañana". Pero todo tiene su límite: "La gota que colmó el vaso fue cuando vi a nuestro camarero, un hombre muy decente, salir del baño con una turista británica".
Actualmente, todos los servicios del hotel los ofrecen empleadas femeninas, por el momento se desconoce si se mantienen las mismas cifras de ocupación.
Es un lujoso hotel en Hawaii + spa. Las tarifas oscilan entre los 500 y los 4.000 dólares por dia en la Plantation House, una casa centenaria en la propiedad del establecimiento.
Sitio oficial www.hotelhanamaui.com Este hotel se encuentra hacia el final de Hana Highway, en la costa Este de Maui sobre Hana Bay. Hotel Hana-Maui and Honua Spa. Es un establecimiento de gran prestigio, visitado por generaciones de norteamericanos.
Ofrece paquetes para bodas, es una tradición celebrar una boda en este rincón del Paraiso: Hawaii.
Es un hotel de 120 habitaciones construido a partir de 88 contenedores reciclados. Ubicado en Uxbridge, al Oeste de Londres, Gran Bretaña. Hay más información en inglés en Travelodge.co.uk El hotel abrió el 15 de Agosto 2008 y es de bajos precios, como por ejemplo 19 Libras esterlinas la noche.
Ahora se planea construir otro de 307 habitaciones en Heathrow.
Muchos de mis lectores ya sabrán que Nueva York fue el destino del viaje más largo de mi vida (y seguramente el más hermoso) puesto que pasé dos meses en la Gran Manzana hace ya unos años, demasiados. Les contaré más cosas de aquellas maravillosas semanas (y algo pueden leer entre los primeros artículos de este blog) pero hoy quiero hablarles de uno de los pocos días que pasé fuera de la gran ciudad, cuando fui a Pensilvania a conocer el Amish County, una de las zonas de los Estados Unidos en los que hay un número significativo de miembros de esa curiosa rama de los menonitas que saltó a la fama mundial con Único testigo.
No voy a engañarles, el recuerdo de esa película (una de mis favoritas durante mi infancia y adolescencia) era una de las razones que me impulsaron a elegir ese destino, pues la zona que pensaba visitar era, precisamente, donde se había rodado buena parte de ella. Los otros motivos eran más prosaicos, por así decirlo: se encuentra a una distancia razonable de Nueva York para una excursión de un día y, desde luego, tiene ingredientes de sobra para ser interesante.
Así que embarqué en el proyecto a un par de compañeras de la academia de inglés a la que asistía (sobre todo para que el alquiler de un coche no me resultase tan caro) y allá que fuimos un peculiar grupo compuesto por una coreana, una encantadora chica suiza y su novio de nombre Rafael (lo recuerdo por lo extraño que resultaba en un suizo y lo sorprendente que era pronunciado por su pareja) y un servidor de ustedes.
Por supuesto, lo más peculiar del Amish County y lo que lo ha hecho un destino turístico de cierta relevancia es contemplar a los miembros de esta secta, que como ustedes sabrán tienen un modo de vida que se ha quedado anclado dos o tres siglos atrás: reniegan de inventos "modernos" como la electricidad o los motores, viven en granjas trabajando el campo, se desplazan en carros tirados por caballos...
Todo esto les ha hecho ser una pequeña atracción, en la mayor parte de las ocasiones para su disgusto, pero desde luego resulta extremadamente chocante contemplarlos, sobre todo porque los amish no viven aislados en una zona, sino que sus granjas están situadas entre pueblos en los que vive gente "normal", si me permiten el uso de esa palabra para que podamos entendernos, así que sus peculiares costumbres, su particular forma de vivir la vida, transcurre entre personas cuyo modo de vida es completamente normal, entre coches tiendas y camiones como los que todos estamos acostumbrados a ver. No es que llegados al Amih County entremos en un mundo que es como el de hace dos o trescientos años, sino que en Pensilvania conviven, con aparente naturalidad y desde luego bien mezclados, el S XVIII y el XX.
Así, vemos como en los semáforos un enorme camión de brillantes colores espera detrás de un pequeño carruaje tirado por un caballo, o unos campos arados con un tractor preceden a otros en los que un hombre sólo labra la tierra con la fuerza de un arado tirado también por un animal; las tiendas tienen Coca Cola y Pringels y en los tenderetes que algunos amish ponen en sus granjas ofrecen una extraña Root Beer (con bastante más de root que de beer) y unas deliciosas patatas fritas absolutamente caseras.
La gente era educada y amable, muy diferente al estandar neoyorquino (no es que los de Nueva York no sean amables, pero es otro tipo de trato), recuerdo, por ejemplo, a una mujer mayor que nos sirvio una sabrosa comida en un restaurante local, con un uniforme de camarera que parecia más apropiado para alguien treinta años más joven pero con una simpatía sincera y algo pueblerina, francamente encantadora, entrañable.
Este espectáculo humano, por así decirlo, es como les digo la atracción principal, pero a mí me gustó mucho el paisaje, ese paisaje que se entreveía en Único testigo y que me pareció de una belleza muy peculiar, casi tan poco común como los propios amish. El campo era una un terreno básicamente plano pero coronado por suaves colinas de campos de labranza en cuya cima solía encontrarse la granja amish: grandes casas de madera con un granero cercano. En las vaguadas entre colinas pequeños riachuelos de aguas cristalinas y rodeados de vegetación marcaban líneas verdes que rompían la monotonía y, de alguna forma, refrescaban el conjunto.
Era un paisaje tranquilo, humano, que transmitía una inequívoca sensación de paz (supongo que más fuerte aun por el contraste con Nueva York), y que recorríamos por estrechas carreteritas con ligera capa de asfalto, más que suficiente, supongo, para los carruajes con los que nos cruzábamos cada cierto tiempo.
PD.: Una de las normas de los amish que más problemas les causa es que no pueden hacer ni dejarse hacer fotografías, como persona educada que soy respeté ese principio y por eso no puedo ofrecerles ninguna imagen con ellos; como les decía hace un par de artículos, hay ocasiones en las que debemos sabar guardar la cámara.
Exótico, es el Hotel Mandarín Oriental Dhara Dhevi Chiang Mai en Tailandia, al norte del pais. Exquisita arquitectura, arte y una ambientación paradisíaca. Visite el sitio web oficial con imágenes a información que prueba el nivel de excelencia de este establecimiento.
No todo el mundo tiene la posibilidad de cruzar un país prácticamente entero en un medio de transporte tan espectacular como el helicóptero y para ello hay dos razones obvias: los ciudadanos comunes no solemos utilizar los helicópteros como medio de transporte (aunque se están empezando a popularizar como vehículo para ciertas excursiones turísticas de alto nivel) y normalmente un país no es tan pequeño como para poder cruzarlo en un rato en cualquier cosa que no sea un avión.
Aunque no fue una excursión esencialmente turística, yo sí tuve la oportunidad de atravesar un país de norte a sur en la cabina de un helicóptero, sentado a la izquierda del piloto. Ese país, pequeño en tamaño pero grande en muchos otros sentidos, fue Israel, y el vuelo me llevó desde un punto al norte de Tel Aviv hasta las cercanías de Gaza, concretamente a las afueras de la ciudad israelí de Sderot, uno de los blancos habituales de los cohetes Kassam lanzados desde la franja a territorio israelí.
El motivo principal del viaje era conocer desde el aire el trazado de la Valla de Seguridad que separa Israel de los terriotorios palestinos de Cisjordania, lo cual resulto bastante interesante de por sí, pero lo mejor fue sobrevolar Jerusalén, una experiencia con no pocas resonancias bíblicas y que, desde luego, resulta difícil de olvidar.
Al llegar a sus cercanías tras superar las alturas de Judea, la ciudad se extendía a nuestros pies cubriendo la diferentes colinas y, a lo lejos, empezaba a apreciarse el abigarramiento de la Ciudad Vieja tras las murallas; sólo un poco más allá el oro de la Cúpula de la Roca nos recordaba que estábamos cerca de uno de los lugares más deseados, fotografiados y admirados del mundo. El helicóptero no sobrevoló la explanada del templo, supongo que eso era algo que podría resultar problemático dadas las circunstancias en las que vive Jerusalén, pero sí nos permitió contemplarla bien desde una distancia relativamente cercana, mientras nuestro guía, que llevaba ya un buen rato dándonos detalles sobre la Valla y describiéndonos su curso, guardaba un respetuoso silencio.
Como ya les he contado en alguna ocasión en este blog, hay lugares que mueven al respeto aunque no tengamos una conexión personal con ellos por nuestro nacimiento o nuestras creencias, Jerusalén es sin duda uno de ellos y la explanada del templo es, probablemente, el punto desde el que buena parte de ese respeto irradia (y su cara más reconocible desde el aire), así que verla desde unos cientos de metros arriba fue, como les decía, toda una experiencia y un privilegio de esos que tratas de valorar (y saborear) incluso en el mismo momento en el que está ocurriendo.
Obviamente, con la contemplación de un lugar tan especial como Jerusalén habíamos alcanzado el clímax del viaje y el resto, que siguió siendo interesante, no tuvo la misma intensidad. No obstante, todavía nos aguardaba una curiosa anécdota: el lugar elegido para aterrizar era, ni más ni menos, que el helipuerto particular del que fuera primer ministro Ariel Sharon, junto a su espléndida (pero tampoco particularmente deslumbrante) villa particular en las cercanías de Sderot. Por aquel entonces, por cierto, Sharon ya estaba gravemente enfermo en un hospital.
Desde allí, y ya por medios más habituales, visitamos algunos lugares interesantes en las cercanías de Gaza y en un momento de no poca importancia, pero eso ya se lo contaré otro día...
PD.: Desgraciadamente, la luz no era la más adecuada para obtener buenas fotografías de Jerusalén, lo que unido a la falta de costumbre, los cristales de la cabina y mi propia impericia en una situación tan poco usual hicieron que las fotos que saqué desde las alturas no resultasen especialmente satisfactorias y, desde luego, no puedan ser más que un pálido reflejo de lo sentí y vi aquel día. No obstante, le he dejado algunas de ellas.
Otra muy buena aportación del amigo " athor". Muy buena excursión y de las compras no digo lo que os podéis ahorrar con personas asi.
TRINIDAD:
Trinidad es una ciudad-museo parece que este detenida en el tiempo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, la antigua villa de Trinidad fue fundada en el siglo XVI constituye una joya arquitectónica colonial de la isla, esta situada entre el mar y la montaña, sus mayores atractivos son la naturaleza en la zona montañosa y las playas y sus fondos marinos, así como la hospitalidad de su gente, es uno de los sitios que mas me gusta y que vale la pena visitarla por unos días. Una de las mejores playas de la isla y que no te debes perder si viajas a Trinidad es la playa de Ancón. Para ir a Trinidad desde La Habana puedes ir en un coche alquilado, o viajar en el bus de Viazul son modernos y con el aire acondicionado a tope, conviene ponerse algo de manga larga, el trayecto cuesta unos 25 cuc por persona, y dura unas 6 horas. http://www.viazul.cu/asp/reserva/ruta.aspx?id=18
En Trinidad conozco a una familia bastante humilde de campesinos (guajiros) y artesanos que hacen collares y pulseras de semillas de colores muy bonitos a bajo precio, si vais a visitarlos y les compráis algunos les podríais ayudar mucho, estos collares que hacen son ideales para regalar a las amistades, te los pueden hacer con las semillas de colores que mas te gusten. Ellos te pueden poner en contacto con otros artesanos para comprarles a buen precio todo tipo de artesanías en maderas nobles (caoba y ébano), coral negro, bisutería y conchas, al comprar directamente a los artesanos os quitareis a los intermediarios que abusan de ellos y luego los venden mucho mas caros en los mercadillos, uno de los hermanos de la familia también tiene caballos y os pueden llevar a unas excursiones que merece la pena hacer a buen precio, viven cerca de la casa de la música.
(No pueden alquilar habitaciones a turistas porque no tienen licencia)
Comentario sobre la EXCURSIÓN a la cascada:
Una de las mejores días que recuerdo en la isla, fue en Trinidad con mis amigos cuando fuimos de excursión a caballo, primero nos abrieron unos cocos y nos invitaron a beber el liquido dulce de su interior y comer su pulpa, después por el camino pudimos comer mangos y guayabas directamente los cogíamos de los árboles, hasta que llegamos a una cascada de agua la llaman el Pilón, donde nos pudimos bañar y refrescarnos, podías nadar hasta meterte en unas cuevas pequeñas que habían a lado de la cascada. La verdad es que nos encanto poder ver aquellos paisajes tropicales lleno de palmeras, cocoteros, plataneros y demás árboles frutales típicos de la región, también vimos algunos pájaros exóticos, los caballos eran muy tranquilos en algunos sitios teníamos que ir despacio ya que eran caminos estrechos llenos de vegetación selvática, pero después al volver por otro camino pudimos galopar por amplios senderos, rodeados de verdes prados de caña de azúcar, fue una autentica aventura que a pesar del calor que hacia lo pasamos genial. Si queréis ver FOTOS de cómo hacen los collares, la excursión a caballo, playa Ancón y otros lugares de Trinidad los podéis ver en mi álbum de fotos: http://www.mialbumdefotos.com/fotos/@9042/album/2276/pg1/
Luisa y Sebastián (Artesanos y excursiones a caballo) C/ Juan Manuel Marquez #112 Entre Ciro Redondo y Calixto Sánchez Trinidad, Santi Spiritus (Muy céntrica esta cerca de la casa de la música por la parte de atrás) Si alguien les visita les puede saludar de mi parte, Diego de San Sebastian.
El amigo "athor" , ese es su nick, me ha enviado esta nota sobre una casa en La Habana. Muchos preguntan por casas particulares y todos quieren referencias. Pues sin duda alguna esta es una de las que cualquiera que quiera visitar La Habana debería tener en cuenta. Gracias a "athor" por su aportacion
LA HABANA:
He estado en mas de 20 casas en La habana y de todas las que conozco, la mejor es la casa Hortensia, es una villa muy tranquila, céntrica y bien situada en lo mejor del barrio del Vedado, esta cerca del Hotel Habana Libre en la calle 23 donde puedes encontrar por la noche muy buen ambiente nocturno con restaurantes, pubs con espectáculos y discotecas. La casa tiene muchas comodidades y prestaciones, tiene dos habitaciones con baño independiente cada una, aire acondicionado, televisor y frigorífico alguna de ellas, una habitación tiene una cama grande y la otra dos camas, ella tratara de ayudarte en todo lo que pueda, la verdad es que no tiene nada que envidiar a un hotel de clase media. Hortensia es muy buena gente y les debo muchos favores porque me ha ayudado mucho en mis estancias en la isla, si alguna vez va alguien puede enviarle saludos de mi parte Diego de San Sebastián, ella me conoce de hace tiempo y trata muy bien a la gente que se aloja, el costo de la habitación es de 30 cuc por habitación/noche (unos 23 euros) que esta muy bien para ser una casa muy bien situada, limpia y bien equipada, Quien este interesado le puede enviar un email directamente.
Casa Hortensia Calle 25 Nro. 523 bajos Entre calle H y calle I Email: casahortensia@gmail.com
El consejo fotográfico que quiero darles hoy es un tanto paradójico, porque lo que quiero pedirles o recomendarles es, precisamente, que no hagan fotografías.
Me explico: si hay un denominador común de todos los destinos turísticos que he visitado es que hay algunos lugares o algunas cosas de las que no es posible hacer fotos. Y no se puede en primer y obvio lugar porque está prohibido, y eso debería bastarnos como turistas educados y respetuosos que somos, pero sobre todo porque las fotografías, y muy especialmente los flashes que son necesarios para obtenerlas, pueden perjudicar a aquello que estamos intentando retratar como obras de arte, algunos monumentos, cuadros, estatuas...
Pero a pesar de las prohibiciones y de los guardias de seguridad o vigilantes que en muchas ocasiones intentan evitarlo, seguro que todos han visto, como yo, las miriadas de flashes en los más variados e inapropiados lugares.
Recuerdo que en Egipto esto era especialmente sangrante: ante la pasivididad de los muchísimos vigilantes, tan abundantes como poco inclinados a cualquier cosa que requiriese un esfuerzo y que no reportase un beneficio económico inmediato, lo turistas martilleaban con sus flashes cualquier cosa que se pusiese en su camino, desde las pinturas de un templo de 3.000 años hasta cualquier pieza de museo; incluso fui testigo, aunque les parezca increíble de como un tipo le hacía un retrato a la máscara de Tutankamon con el flash a toda pastilla y a menos de medio metro de distancia. Mientras, un cansino vigilante repetía unos poco metros más allá "no photo, no photo", más como si fuera una salmodia budista que realmente preocupado de lo que decíao de hacerse obedecer.
Lo más llamativo del tema, desde mi modesto punto de vista, es que de todos estos lugares, objetos o piezas de arte podemos obtener postales o imágenes por precios ridículos en el lugar en el que están expuestas, o encontrarlas por internet, normalmente con una calidad muy superior a la que nosotros vamos a alcanzar con nuestro horroroso flash directo.
Así que les animo a ser respetuosos, en primer lugar con las propias obras de arte, en segundo con los propietarios legítimos de cada una de ellas cuyo patrimonio no tenemos derecho a destruir, y en tercero pero no menos importante, con las generaciones futuras que tienen derecho a disfrutar de ese monumento, esa estatua o ese cuadro en, al menos, el mismo estado de conservación que le ha permitido a usted disfrutar de esa belleza.
Ubicado en Villa Gral. Belgrano, provincia de Córdoba, Argentina. Un pueblo colonia de alemanes con arquitectura bávara. La posada forma terrazas que tienen vistas hacia las Sierras Chicas y a las Sierras Grandes. La piscina exterior es climatizada. Se pueden realizar cabalgatas, excursiones en 4x4, Trekking, Golf, Tenis y Paddle. Visite el sitio web bilingue Posadachaletsuisse.com el valor de la habitación doble en temporada alta es de 100 dólares. La localidad tiene aire europeo y a 40 km, en la alta montaña hay un pequeño pueblo bávaro que parece un enclave de Europa central (La Cumbresita).
Este es el New Majestic Hotel un lugar espectacular, de diseño. Son 30 habitaciones todo con altísimo valor decorativo, diseñadas por artistas locales emergentes. Hotel boutique en el histórico Barrio Chino de Singapur. Visite el sitio web de este establecimiento por el link en el nombre del hotel.
Haría es un pequeño pueblo en el norte de Lanzarote, en el interior de la isla, en un valle que es conocido como "el de las mil palmeras" por la obvia presencia de muchos de estos árboles, que lo convierten en un pequeño e insular Elche con acento canario.
Haría no es espectacular, no es uno de esos paisajes que nos impresionan y estremecen como la no tan lejana Timanfaya, pero sí tiene algo de la belleza de esos lugares en los que la naturaleza y el hombre conviven con una armonía especial.
El pueblo tiene un casco urbano algo disperso de casas bajas encaladas y con puertas y ventanas de madera pintada en verde. En el centro, su plaza es algo peculiar, ya que más que una plaza es como una ancha calle peatonal en la que han plantado una pequeña iglesia de un estilo un tanto indefinible y que parece relativamente reciente. Lo mejor de la plaza son los tremendos árboles de casi cien años que le dan una sombra tan densa como fresca en la que los jubilados pasan las horas y los días.
Justo cuando dejaba la plaza un hombre me llamaba con gestos y aspavientos varios desde la puerta de una casona vieja, una puerta que se partía por la mitad y le permitía apoyarse de forma que desde allí oteaba con total comodidad el pasar de la gente por ese punto, uno de los más concurridos del pueblo.
Atendiendo a la apremiante llamada entré en la casona descubriendo que se trataba de un edificio bastante peculiar: su interior era una única habitación rectangular, no demasiado grande pero muy alta pues llegaba al techo, sustentado por unas vigas de madera de aspecto no demasiado nuevo. Más o menos en el centro de la destartalada estancia un sillón de peluquería de los de antes, rodeado todavía de los pelos del último corte, y con un espejo viejo enfrente.
Y en el centro nuestro personaje, indicándome, de nuevo por medio de gestos, las copas que había en varios lugares de la habitación y los recortes de periódico en los que se le ve, mucho más joven, practicando la lucha canaria. Le pregunto su nombre y entonces dice, de nuevo por gestos, que es sordomudo, momento en el que lo único que puedo pensar es "vaya situación". No me siento capaz de desarrollar una conversación, pero se me ocurre pedirle permiso a mi anfitrión para sacarle una foto a lo que éste accede visiblemente encantado, se coloca junto al sillón posando como un auténtico profesional y, tratando de captar en mi encuadre lo más que pueda de la barbería, le saco esta foto:
Cuando se la enseñé le gustó bastante y a mí también me gustó, sobre todo cuando más tarde la vi en el ordenador a un tamaño mayor. Tengo pendiente mandarle una copia para que la cuelgue de la pared, como otro de sus trofeos.
Después de la foto le di las gracias con un cálido apretón de manos y me marché con la sensación de que había conocido a todo un personaje que, lamentablemente, no podía contarme su historia aunque, al menos, creo que algo de esa historia que yo tampoco sé contarles está en la foto.