Básicamente, son reglas para comer bien y no tener que arreglárselas sólo con ensaladitas en todo el viaje (en el mejor de los casos). Yo cambiaría ese escenario por no comer sandwich de queso todo el recorrido. Dos recuerdos vienen a mi mente: París, la ciudad más hermosa que conozco, pero en el verano argentino es muy fría, y no está bueno comer repetitivamente sandwiches de queso cuando el cuerpo pide un plato caliente. Quién te quita lo bailado dice el dicho... bolsillos flacos pero en la Ciudad Luz. Segundo recuerdo, más cercano, en Los Roques, Venezuela. Es común llevarse vianda a la playa... o sea... sandwich de queso. Pero Los Roques es una isla muy pequeña, a la que las provisiones le llegan vía barco. Y si el barco no llega no hay harina. Y si no hay harina en la panadería no hay pan. Y si no hay pan ¿qué come nuestro viajero vegetariano? Tristes galletitas de agua (de soda le dicen por otros lugares) con queso (rezando porque no se termine ese insumo).
1- Aprender el lenguaje local. Afirman en el sitio que no siempre por "Vegetariano" o su alternativa "Vegetarian" entienden lo mismo que nosotros, que muchas veces hay opciones sin carne de ningún tipo que se llaman diferente. Quizás ampliando un poco, podemos decir que conocer el lenguaje (y por lo tanto), la cultura de una sociedad, podemos entender cómo manejarnos para obtener una comida que se adapte a nuestro vegetarianismo. Agrego lo cultural, porque recuerdo otros hechos, por ejemplo, en Venezuela, en la Universidad Central de Caracas, pedí en un comedor (sin la complejidad de graves diferencias idiomáticas) si había opciones vegetarianas, y fue muy difícil lograr que al plato de comida no le agreguen la carne, y eso que los platos no estaban preparados. Fue todo un acontecimiento pedir el menú "Fideos con carne y vegetales" sin carne. Obviamente generé algunas miradas de desaprobación, pero siendo argentino, y con el peso de haber estado en muchas mesas de asado siendo el blanco de las burlas de mis amistades, esas miradas no hicieron mella.
Una técnica que uso yo, además de los sabios consejos de la página citada, es saber, además de las palabras "Comida Vegetariana" en el idioma local, y saber algo de la tradición y costumbre del lugar a visitar, es saber explicar la tríada "No vaca, no pescado, no cerdo", porque, como se dijo anteriormente, el concepto del vegetarianismo es entendido diferente en lugares ajenos (aquí en Argentina todavía debo explicar que no como jamón ni atún...).
2-Investigar un poco. El sitio propone saber de antemano a qué lugares ir, tener en la mira los restaurantes vegetarianos por ejemplo. Creo que está bien, pero seguramente no sirva en el día a día ya que no se puede planear los recorridos de acuerdo sólo a la comida. Respecto a este ítem, en Barcelona tuve el agrado de encontrarme con Maoz, una especie de Fast Food vegetariana, con muchos locales y a precios razonables. El sitio además recomienda saber las comidas típicas del país, ya que muchas veces, no contienen animales (por ejemplo, la pizza y las pastas).
3- Estar dispuesto a seguir adelante. Básicamente, si vas a comer a algún lado y no te solucionan el tema de darte comida sin carne, tenés que levantarte e irte a otro lado. En el sitio dicen con toda razón que por no hacer esto, algunos vegetarianos se conforman con comer un plato sin carne, pero que fue cocinado junto y en ella.
4- Llevar provisiones de reserva. Aquí es donde discrepo con las bondadosas y sabias recomendaciones de este sitio, y humildemente las critico. Citan un caso en el que llevaban barritas de cereal y con eso complementaron una comida... Para mí eso no es comida... eso sí sirve para sobrevivir, pero habla un poco mal de mi viaje si una de mis comidas son barras de cereales.
Agrego que la nota que cito la leí gracias al twitt de @, que a su vez tienen un blog muy interesante de viajes llamado
Never Ending Voyage, y en el que encontré un
post que me fue muy útil sobre restaurantes vegetarianos en Buenos Aires.
Difícil viajar siendo vegetariano, pero, a decir verdad, sólo un poco más complicado que el día a día en casa.